Automóviles con biocombustibles contaminan tanto como los que usan gasolina

Este informe sobre las emisiones de gases de la flota brasileña en 2008 fue realizado por los fabricantes de automóviles instalados en Brasil.

"Queremos que el consumidor tenga en cuenta las emisiones contaminantes" cuando compra un automóvil, declaró a la prensa el ministro de Medio Ambiente Carlos Minc, al presentar el estudio.

El cálculo de la tasa de contaminación fue realizado en base a las denominadas "notas verdes" que toman en cuenta tres gases contaminantes que no tienen efecto sobre el calentamiento global pero afectan la salud de la población: el monóxido de carbono, los hidrocarburos y el óxido de nitrógeno.

El estudio realizó 250 evaluaciones de automóviles "flex fuel", que funcionan tanto con gasolina como con etanol y que representan actualmente el 85% de la flota brasileña del gigante suramericano, el mayor productor de biocombustibles, a costa de la destrucción del "Cerrado", uno de los ecosistemas con mayor biodiversidad.

Entre las 15 peores notas, ocho son de vehículos que emplean biocombustibles (alcohol), algunos de los cuales tienen un motor "flex", según el estudio.

No obstante, todos los modelos estudiados respetan la tasa máxima de emisiones de gases contaminantes fijada por Brasil en 2008.

Los biocombustibles, según un estudio científico publicado en Science, emiten más CO2 que los combustibles fósiles a los que sustituyen. Producen más gases invernadero en su proceso de producción, a causa de la deforestación que directa o indirectamente ocasionan.

Según un estudio, transformar los ecosistemas en cultivos de biocombustibles incrementará el calentamiento global y producirá un incremento neto de las emisiones de dióxido de carbono.

Los científicos han descubierto que alterar los bosques tropicales, turberas y pastos, puede sobrepasar el ahorro en carbono producido por los biocombustibles y produce “deudas de carbono” que podrían necesitar siglos para ser compensadas.

El estudio se añade a la multitud de trabajos que cuestionan la supuesta bondad para el medio ambiente de los biocombustibles, que casi siempre son peores que los combustibles fósiles, e infinitamente peores que la electricidad. La Unión Europea está revisando su petición de que los biocombustibles como el bioetanol y biodiésel deberían cubrir hasta un 10% del combustible para transportes en 2020. Gran Bretaña tiene un objetivo separado del 5% biocombustibles en gasolina y gasóleo para 2010.

En el estudio, los investigadores de EE UU calcularon que convertir ecosistemas naturales en cultivos de maíz o caña de azúcar para producir etanol, o palma o soja para biodiésel, podrían emitir entre 17 y 420 veces más dióxido de carbono que los ahorros anuales de reemplazar los combustibles fósiles.

Esto es debido, a que el carbono contenido en las plantas y suelos originales es emitido como CO2 después de que son arrancados, cuando la vegetación se pudre. Los investigadores dijeron que esta deuda de carbono tiene que ser pagada antes de que los biocombustibles producidos en ese lugar pudieran contar respecto a la reducción de gases de efecto invernadero.

“Esta investigación examina la conversión de tierra para biocombustibles y hacemos la siguiente pregunta:´¿Esto lo vale?” comentó Joe Fargione, un científico del grupo ambiental The Nature Conservancy. “¿El carbono que pierdes al convertir bosques, campos de hierbas y turberas sobrepasa al carbono que tu ahorras al usar biocombustibles en lugar de combustibles fósiles? Y sorprendentemente, la respuesta es no.”

En Indonesia los investigadores encontraron que convertir tierras para la producción de aceite de palma aceleraba las peores deudas de carbono, requiriendo 423 años para compensarlo. Producir soja en la Amazonia supondría 319 años de biodiésel de soja para contrarrestar la deuda de carbono.

Stephen Polasky de la Universidad de Minesota, uno de los autores del estudio, publicado en la revista Science, dijo:” No tenemos incentivos apropiados en este momento porque los propietarios de la tierra son recompensados para producir aceite de palma y otros productos pero no son premiados para administrar el carbono. Esto crea incentivos para aclarar en exceso la tierra y puede resultar en grandes incrementos de las emisiones de dióxido de carbono”.

Fargione dijo que todos los biocombustibles en uso destruyeron enclaves naturales. “Producir biocombustibles basados en alimentos requerirá que aún más tierra sea convertida para la agricultura,” comentó.

www.sciencemag.org/cgi/content/abstract/1152747v1