Extremadura entra en la era eólica con 501 MW

Tras muchos años de retrasos y zancadillas la eólica llega a Extremadura, y otro tanto puede decirse de Cantabria, donde el plan eólico en elaboración prevé 1.500 MW. Dentro de unos meses Madrid será la única región sin parques eólicos, y de las 50 provincias españolas, las únicas sin aerogeneradores serán Madrid, Gerona (oposición a pesar del enorme potencial y de ser el primer lugar donde se instaló un aerogenerador hace 25 años), Alicante (oposición a los parques autorizados) y Córdoba (donde ya hay varios proyectos en estudio).

La eólica es, según todos los estudios realizados, la fuente energética con menor impacto ambiental, es autóctona, genera empleo y tejido industrial, posibilita el desarrollo de zonas deprimidas y el coste de la electricidad generada es competitivo incluso sin incluir las "externalidades ambientales" (emisiones de CO2, residuos radiactivos). No obstante, está sufriendo una enorme campaña de acoso y derribo, desde sectores de la ultraderecha que niegan incluso el cambio climático, a grupos conservacionistas de cortas miras que se oponen a todo y nunca dan alternativas serias. Las grandes organizaciones ecologistas, como es natural, son totalmente favorables al desarrollo de la energía eólica, pues ésta es una de las mejores alternativas al cambio climático, y lo será aún más cuando proporcione la electricidad que moverá una parte creciente del parque de vehículos.

La potencia instalada en los parques eólicos autorizados en Extremadura ascenderá a 501 megavatios, 31 megavatios más de lo que se autorizó inicialmente, ya que la Junta admitió cuatro de los 24 recursos presentados por las empresas promotoras. En Villarta de los Montes el parque autorizado pasó de 10,5 megavatios a 43,2, y la impugnación aceptada supone que otro promotor pierda 42 megavatios en esa zona. Además, se autoriza un parque inicialmente rechazado entre Alconera y Atalaya que tendrá 10 megavatios. Igualmente se permite que la instalación situada entre Cilleros, Hoyos, Villamiel y Perales del Puerto pase de 10 a 16 megavatios. En la zona de Campanario, La Haba y Quintana se autorizaron 20 megavatios para un parque que había sido rechazado y en Cilleros, Hoyos y Perales del Puerto se permitió aumentar de 14 a 18 megavatios.

La Junta de Extremadura ha confirmado que los 22 parques eólicos, que crearán 1.896 puestos de trabajo directos, siguen adelante y que ninguno de los proyectos de empleo asociados a ellos ha sido modificado. Así lo aseguró el director general de Planificación, Industria, Energética y Minera, Manuel García Pérez, a pregunta del diputado popular Anselmo Díaz Caballo en la comisión parlamentaria del área. García Pérez recordó que las empresas promotoras debían crear tres empleos directos por megavatio autorizado, pero la media final es de 4,034.

El Consejo de Gobierno de la Junta de Extremadura autorizó el 28 de agosto de 2008 la instalación de 22 parques eólicos en la región, correspondientes a diez promotores, con una potencia global de 470 megavatios y una inversión prevista de 500 millones de euros, que al final se ampliaron a 501 MW tras ver los recursos. Los promotores, que en su mayoría tienen el domicilio social en Extremadura, se comprometieron a crear 1.900 puestos de trabajo estables al margen de los vinculados al propio funcionamiento de las plantas.

Los 22 parques autorizados corresponden a la convocatoria del 6 de junio 2007, abierta por la Junta de Extremadura tras haber rechazado una semana antes los 116 proyectos que habían concurrido a una primera convocatoria, a la que se presentaron inicialmente 98 solicitudes, aunque la cifra final se redujo a 91, con una potencia total de 2.704,5 megavatios. Los parques eólicos autorizados se ubicarán en las mancomunidades de Sierra de Gata, Riberos del Tajo, Las Villuercas-Ibores-Jara, Siberia, La Serena-Campiña Sur, Río Bodión y Tentudía, además de en el término municipal de Plasencia .

En febrero de 2005 se anunció una normativa que regulaba la instalación de parques, pero sólo en zonas que no fueran de gran valor medioambiental y siempre que crearan riqueza y empleo. En el decreto regulador se exigía que la empresa interesada creara tres puestos de trabajo por cada megavatio instalado y que realizara inversiones productivas en un área de 30 kilómetros. Paralelamente, se definía un ‘mapa eólico’ que definía dónde se podían poner aerogeneradores, y se fijaron 30 zonas de la región en las cuales, por su alto valor medioambiental, no podía instalarse ninguno.

El plazo para la admisión de solicitudes finalizó el último día de junio de 2006. A pesar de que la oposición denunció que las condiciones había echado para atrás a muchos posibles interesados, lo cierto es que se presentaron 24 empresas. Conjuntamente, contemplaban la construcción de 119 parques con una potencia instalada de 3.838 megavatios.

Sin embargo, la Administración ya avisaba que no podía aprobarlos todos. En 18 zonas se había recibido peticiones de más de una empresa. En algún caso hubo hasta de nueve. Entre ellas, se debía decidir a quién se concedía la autorización. En teoría, el concurso se debía fallar antes de final de año, pero la Junta amplió por dos veces el plazo. En total, seis meses para decidir ante la "complejidad" de los expedientes. Al final, en junio de 2007 la Junta rechazó los 116 proyectos en liza por incumplir total o parcialmente el decreto autonómico del 2005.

Ante la marejada política que se levantó, la Junta tuvo que defender públicamente su interés en la energía eólica. Rodríguez Ibarra en persona explicó que habían recibido más de 4.000 alegaciones contra las propuestas. Muchas eran de particulares, pero también las hubo de empresas solicitantes. Al parecer, alegaban las unas contra las otras.

En una segunda convocatoria, el número de solicitantes fue ligeramente inferior, 98. El plazo de presentación acabó en diciembre de 2007, y el de resolución en junio de 2008. Sin embargo, la Junta se concedió otro aplazamiento, de tres meses. 
 
Iberdrola recibió 138 megavatios, casi un tercio de lo que se va a instalar, con la sociedad Electra Sierra de San Pedro, una con Electra de Montánchez (ambas explotarán el viento en Villarta de los Montes, Peraleda del Zaucejo, Zalamea de la Serena y Monterrubio) y en el caso restante con Electra de Malvana (Cilleros, Hoyos, Villamiel y Perales del Puerto). El segundo grupo es Enel Unión Fenosa Renovables (acompañada de cooperativas agrarias y Fundación Maimona en la sociedad Energías Especiales de Extremadura) con cinco parques autorizados y 94 megavatios; tres parques y 64 MW se lleva Desarrollos Eólicos Extremeños (Sacyr Vallehermoso), y el mismo número de proyectos pero 60 megavatios Parques Eólicos de Extremadura (Acciona, Eléctrica del Oeste, Caja Rural, Construcciones Pinilla). Caja Extremadura y Joca se asociaban en el Instituto de Energías Renovables S.L. que ha obtenido una sola autorización de ocho megavatios en Monesterio y Montemolín. Otras empresas adjudicatarias son Infraestructuras Energéticas y Medioambientales Extremeñas con dos parques que suman 46 MW en Cilleros, Hoyos, Villamiel y Perales del Puerto; Proyectos Energéticos de Extremadura con una instalación de 10 MW en Plasencia y Eólica Valle de Peraleda para su proyecto de 50 MW en Peraleda del Zaucejo.

Extremadura será también una gran potencia de la solar termoeléctrica, con cinco centrales en construcción que suman 250 MW y más de 40 proyectos: dos en Alvarado, promovidas por Acciona y Renovables Samca, dos en Torre de Miguel Sesmero, de Cobra ACS, y una en La Garrovilla, también de Samca. Otras tres tienen previsto iniciar las obras a lo largo de este año, lo que supondrá otros 150MW. Junto a Castilla-La Mancha y Andalucía, Extremadura es la región que tiene más potencia fotovoltaica conectada a la red, según datos de la Comisión Nacional de Energía (CNE), con un total de 398 megavatios. La potencia fotovoltaica conectada a la red en el territorio español ascendía a 3.207 megavatios. Esta cifra contrasta con los 767 megavatios de potencia instalada con los que contaba España hace un año y con los 165 megavatios de enero de 2007. Así, en el último ejercicio, la potencia fotovoltaica conectada a red, y cuyas facturas constan en los registros de la CNE, ha experimentado un crecimiento de un 318,1 por ciento, mientras que si se comparan las cifras acumuladas a principios de este año con los datos registrados hace dos ejercicios, el incremento ascendería un 1.843,6 por ciento.

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