Las japonesas Mitsubishi y Sumitomo ya expresaron su interés al Gobierno boliviano y la francesa Bolloré envió a sus representantes a La Paz para conversar con el presidente Evo Morales, además de una nueva reunión en Paris aprovechando la presencia del mandatario boliviano en esa ciudad francesa. "Hay lagos de sal en Chile y Argentina, y un prometedor depósito de litio en el Tíbet, pero los mejores están en Bolivia", afirmó Oji Baba, un ejecutivo de la Mitsubishi, en una entrevista publicada en un periódico.
"Si queremos ser una fuerza en la próxima oleada de automóviles eléctricos y de las que los impulsan tenemos que estar en el salar", agregó el ejecutivo. El salar de Uyuni, ubicado al sureste de Bolivia, posee uno de las más grades reservas de litio que bordean los 5 millones de toneladas, además de otros minerales, como el potasio, boro, magnesio y bórax, todos ellos muy requeridos en las industrias automovilística, electrónica y farmacéutica.
Sin embargo, los gobiernos y empresas extranjeras que buscan explotar las reservas de litio de Bolivia deberán enfrentarse a las políticas del presidente Evo Morales, de 49 años, quien ha chocado repetidamente con inversores estadounidenses, europeos e incluso suramericanos.
Esta situación es reflejada por Saúl Villegas, un alto ejecutivo de la empresa estatal Corporación Minera de Bolivia (Comibol), quien sostuvo que "el modelo imperialista de explotación de nuestros recursos naturales nunca más se repetirá en Bolivia". "Puede ser que exista la posibilidad de que los extranjeros sean aceptados como socios minoritarios, o mejor todavía, como nuestros clientes", señaló.
Con este propósito, Villegas explicó que, Bolivia está invirtiendo 6 millones de dólares en una pequeña planta cercana al pueblo de Río Grande en el extremo del Salar de Uyuni, donde espera empezar la primera iniciativa a escala industrial para extraer el litio del paisaje blanco, de aspecto lunar del Salar y procesarlo en carbonato para las baterías.
Bolivia: ¿la Arabia Saudí del litio?
El Salar de Uyuni es la mayor reserva mundial de litio, una materia prima que será fundamental para la producción de baterías destinadas a abastecer los nuevos modelos de autos híbridos y los futuros vehículos totalmente eléctricos. El fin de la era del petróleo no es un escenario de ciencia ficción. La firme decisión del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, de liberar a su país de la dependencia de los hidrocarburos de Medio Oriente y de Venezuela antes de 2020 es una prueba de que los próximos años serán determinantes para el futuro energético del planeta. Las compañías automovilísticas no se encuentran ajenas a esta situación y se preparan para el lanzamiento al mercado de nuevos modelos de autos híbridos, que combinan un motor de combustión interna con un motor eléctrico que funciona mediante una batería que almacena energía. En el futuro, será el turno de los vehículos 100% eléctricos.
Actualmente se utilizan baterías de níquel metal hidruro (NiMH), pero el carbonato de litio aparece en el horizonte como la materia prima ideal. Las japonesas Nissan y NEC conformaron el año pasado una joint-venture para el desarrollo de baterías de ion litio, cuya producción estimada para este año es de unas 13.000 unidades para dar posteriormente el salto a las 65.000 anuales a partir de 2010, cuando se presume que se lanzará al mercado el modelo “Denki Cube Concept”, un vehículo que será 100% eléctrico y tendrá una autonomía de 160 kilómetros. Entre tanto, la alemana Volkswagen acaba de firmar una carta de intención con la japonesa Toshiba para avanzar en el desarrollo de este tipo de baterías para abastecer a sus futuros autos eléctricos. Por último, la italiana Pininfarina y la francesa Bolloré están desarrollando su propio auto eléctrico, el “Blue Car”, que tendrá una autonomía de 250 kilómetros, que será producido en Italia y sus baterías en Canadá y Francia.
Según datos del Servicio Geológico de los Estados Unidos las reservas mundiales de contenido metálico de litio alcanzaban los 11,4 millones de toneladas métricas, de los cuales 5,4 millones se concentran en el Salar de Uyuni (Bolivia), seguido por el Salar de Atacama (Chile) con unos 3 millones, China (1,1 millones), Brasil (0,9 millones) y Estados Unidos (0,4 millones). De acuerdo a la información proporcionada por la Sociedad Química de Minerales (SQM) de Chile, la demanda internacional de carbonato de litio equivalente en 2008 fue de aproximadamente 115.000 toneladas, correspondientes a 22.000 toneladas de contenido metálico de litio. Esta demanda ha crecido a tasas de entre el 5 y el 7% anual, entre 2004 y 2008, con un significativo aumento de entre el 20 y el 22% anual en la demanda de litio para baterías. Por su parte, el precio de la tonelada de litio se ha multiplicado por ocho en los últimos ocho años, al pasar de los 350 dólares de 2003 a los actuales 3.000 dólares.
El Gobierno de Bolivia afirmó que no concederá monopolio en la explotación del litio y rechazó las propuestas que le hicieron empresas interesadas en fabricar baterías de ese metal para los automóviles eléctricos. "No hay monopolios, no hay exclusividad", afirmó hoy el ministro de Minería, Luis Alberto Echazú, en declaraciones a la emisora de radio estatal Patria Nueva, al comentar la política del Gobierno de Evo Morales sobre la riqueza del litio que posee Bolivia. A las empresas interesadas se les ha explicado que los ejes de la política consisten en no conceder monopolios, en exigir que el Estado tenga una participación mayoritaria en los ingresos y en que se inicie un proceso de industrialización del litio, explicó Echazú.
Entre las empresas que enviaron misiones a Bolivia para explotar este negocio están la Mitsubishi y la Sumitomo de Japón, LG de Corea del Sur, Bolloré de Francia, además de una compañía de India y otra de Rusia, cuyos nombres no fueron revelados por el ministro. El litio boliviano se halla en las salmueras del Salar de Uyuni, que tiene una superficie de 10.000 kilómetros cuadrados y una profundidad de hasta 220 metros, situado en la región de Potosí. La cantidad de reservas de litio no está plenamente calculada de forma oficial, si bien el Gobierno de La Paz considera que en Bolivia se encuentra el yacimiento más grande del mundo.
Echazú también aseguró que el Gobierno ha comunicado a las empresas los ejes de la política, pero no ha iniciado ninguna negociación porque las compañías se propusieron tener como meta la producción de la materia prima carbonato de litio. Sin embargo, Morales ha señalado que es necesario que las empresas ofrezcan producción de baterías de litio en Bolivia y en el futuro incluso instalar fábricas de coches eléctricos.