Cuba busca potenciar uso de energía eólica

Eólica en Cuba reduce dependencia energética

REVE

«Si se suman sus capacidades, el potencial instalable sería de 1.100 megavatios (MW) para la generación eólica de electricidad», señaló Conrado Moreno, profesor titular del Centro de Estudio de Tecnologías de Energías Renovables (CETER).

Cuba explora zonas con potencialidades para la instalación de parques eólicos, con la finalidad de reducir la dependencia de combustibles fósiles, responsables en gran medida del calentamiento global.

Especialistas cubanos trabajan en la localización de las áreas donde se instalarán dos nuevos parques eólicos en las localidades de Punta del Fraile y Punta de Quemado, en la oriental localidad de Maisí, en el extremo este de la isla y al borde del llamado Paso de los Vientos, que separa a Cuba de la isla La Española.

Esos dos lugares, ubicados sobre terrazas rocosas que tienen hasta 460 metros sobre el nivel del mar, reciben ráfagas de viento de hasta 6,9 metros por segundo, ideales para la instalación de parques con capacidad para generar 87 megawatts.

Un especialista de la Organización Básica Eléctrica, Ernesto García, explicó que los estudios demuestran que en esas zonas se puede lugar una generación eléctrica estable en 3.075 de las 8.760 horas que tiene el año.

García indicó que se trabaja en la localización de 1.600 hectáreas en el futuro parque eólico de Punta de Quemado, el primero que se llevará a cabo, sin embargo aclaró que estas perspectivas son a largo plazo, debido a que exigen complejos estudios, además de financiamiento.

El experto señaló que se realizan evaluaciones técnicas de accesos viales, de ferrocarril y marítimos, condiciones de puertos y embarcaderos, estudios ambientales y las correspondientes licencias, mapeos ingeniero-geológicos, localizaciones y trazados de las líneas de transmisión eléctrica.

Al referirse a las ventajas económicas del proyecto, García subrayó la sustitución de importaciones de combustible diesel y el aumento de la confiabilidad y seguridad del sistema con líneas de 110 kilowatts que se conectarían, por el norte, con las localidades de Baracoa y Moa, y en el lado opuesto, con San Antonio del Sur.

Esos planes superan los 11,7 MW de potencia instalados en la actualidad en los parques eólicos cubanos y convertirían a la localidad de Maisí en el máximo generador de energía limpia del país, con aportes anuales a la red nacional de 523 gigawatts por hora, equivalente a 135.457 toneladas de petróleo.

También evitaría la quema de combustible fósil y la contaminación de la atmósfera con 381.790 toneladas de dióxido de carbono.

Los expertos han identificado una veintena de puntos de la costa norte del oriente de la isla como los de mayores potencialidades para la instalación y explotación de parques eólicos, como parte del Atlas Eólico de Cuba.

No obstante, sus posibilidades pueden ser mayores si continúa la prospección con el aumento de la cantidad de estaciones de medición y la elevación de la altura de sus torres hasta 100 metros, sugirió el especialista en un artículo en la revista «Energía y Tú».

En la publicación de la Sociedad Cubana para la Promoción de la de las Fuentes Renovables de Energía y el Respeto Ambiental (Cubasolar), Moreno recomendó incrementar el tiempo de cálculo para que los resultados sean más precisos.

Después de proponer que sean investigadas áreas prometedoras del centro y oeste del país, el experto aclaró que en Cuba, a diferencia de otras naciones, los lugares montañosos no son favorables por los altos costos con respecto a disponibilidades de terrenos llanos de emplazamiento de equipos.

Según Moreno, influye la complejidad de los sistemas montañosos y los impactos medio ambientales y socio-políticos que introducen los parques eólicos.

El uso del molino de viento para el bombeo de agua es tradicional en el archipiélago cubano y en la actualidad existen más de 8.000 instalados, según Cubasolar.

En la actualidad la isla tiene en activo tres parques eólicos ubicados en Holguín, Ciego de Avila y la Isla de la Juventud que aportan en conjunto al Sistema Electroenergético Nacional unos 11,70 MW y utilizan tecnología francesa, china y española.

A raíz de la crisis energética de 2004 y 2005, el gobierno cubano priorizó el uso y desarrollo de las fuentes renovables para la producción de electricidad y el ahorro de combustibles fósiles.